jueves, 15 de julio de 2010

Postura de los pastores evangélicos respecto al matrimonio y la unión homosexual

«La justicia hace grande a una Nación, pero el pecado la avergüenza». El rey Salomón. Proverbios 14.34.
Ante el debate en el Congreso de la Nación sobre el Matrimonio Homosexual, las Iglesias Evangélicas de Villa Gdor. Gálvez desean reafirmar su posición institucional, en base a la BIBLIA, Palabra de Dios.
El matrimonio es universalmente reconocido como la unión entre un hombre y una mujer. La Biblia (Palabra de Dios de todos los cristianos, y no solo de los evangélicos) afirma que Dios creó al hombre y a la mujer para que se unan y conformen una familia.
La cultura latinoamericana y las leyes americanas están basadas en una clara y firme valoración de la FAMILIA. La Declaración de los Derechos Humanos, Art. 16.3, el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos, Art. 23.1 y 2 y la Convención Americana de Derechos Humanos, Art. 17. 1 y 2, reconocen el derecho al matrimonio constituido por un hombre y una mujer, y a la formación de una familia.
Consideramos que este tema es de absoluta relevancia social, ya que es la propia subsistencia de la sociedad la que está en juego.
El matrimonio es heterosexual. Equiparar la unión homosexual al matrimonio sería desvirtuar y desconocer el real significado que la misma palabra encierra.
Asimismo, se vulnera tal institución, sometiéndola a una injusta discriminación, dado que se está otorgando igual tratamiento a lo que es esencial y naturalmente distinto. Sin dudas, es el Estado quien debe tener un interés particular en dar protección y beneficios a las parejas heterosexuales, dado que las mismas abren el ciclo a la vida y constituyen la base de formación y perpetuación de nuevas generaciones. Otorgar los mismos beneficios a parejas homosexuales significaría equipararlas cuando son intrínsecamente diferentes, por lo que se incurriría en graves signos de discriminación.
Entendemos que el Código Civil no es discriminatorio para los homosexuales, dado que la prohibición de contraer matrimonio entre dos personas del mismo sexo rige para cualquier asociación de personas que no cumplan con los requisitos establecidos en dicho código. De esta manera, tampoco dos amigos, dos hermanos o dos vecinos del mismo sexo pueden acceder a tal beneficio jurídico. Y esto no es «fraternofobia» como tampoco es «homofobia» nuestra posición respecto al matrimonio.
Otorgar beneficios especiales a parejas homosexuales para equipararlas al matrimonio es contrario al espíritu y la letra de nuestro encuadre jurídico.
Solicitamos a las autoridades:
- Que no modifiquen nuestro Código Civil.
- Que se cumplan las intensiones expresadas por nuestra Presidenta, en cuanto a la no modificación del mismo.
- Que no se den lugar a nuevos tipos de familia haciendo «ensayos» con el futuro de nuestra sociedad.
- Que se multipliquen los esfuerzos dirigidos a fortalecer a la familia original y naturalmente constituida y a los hijos que en ella se formen.
- Que sostengamos los valores que hicieron grande a nuestra Nación.
- Que no relativicemos la importancia de las normas morales.
Finalmente, creemos que Argentina en general y Santa Fe en particular, necesitan urgentemente una revolución moral, que reivindique los valores desestimados y estamos convencidos que la Biblia nos enseña tales principios y conductas que debemos seguir para garantizar el éxito actual y futuro de nuestra sociedad.
Consejo de Pastores de Villa Gobernador Gálvez

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